La manzana verde en la cesta de la bruja de Blancanieves

Ayer en una de mis clases tuve mi momento Zen, no porque simplemente me aburriese (que también era el caso) sino porque el profesor nos repartió un pequeño test para que describiésemos con una palabra a las personas de una lista previamente realizada. La lista te pedía el nombre de tu pareja o de tu ex pareja más reciente y debajo que pusiésemos el nombre de otro de tus ex y eso hice, luego nos explicó el profesor que cogiésemos esos dos nombres y pensáramos una sola palabra que los describiese a los dos, y eso, amigas mías, me dio en qué pensar.
La primera palabra que se me ocurrió fue “cerdos” pero claro, luego pensé que esa palabra era un poco dura y ni siquiera se lo merecían, por muchos gruñidos que diesen. Buscando y buscando en mi interior encontré la palabra perfecta, “inmaduros”…de pronto me vi como Blancanieves en la casa de los enanitos, cantando tan tranquila y haciendo tarta de manzana con mermelada y comiéndome esa manzana envenenada que corrompía el corazón de la protagonista y la sumergía en un horrible sueño, pero en mi caso, la manzana no estaba envenenada, sino que estaba verde y el príncipe azul no era como en el cuento, sino que era la bruja que me daba esa manzana… todo esto lo pensé en un minuto (para que veáis lo que me cunden las clases).


Reflexioné durante toda la clase sobre ese tema, la inmadurez, y me di cuenta de que eso es lo que se cargan las relaciones. No me refiero a que los chicos parezcan críos de cinco años, sino que simplemente no se comprometen, no son capaces de valorar a la persona que tiene al lado hasta que la pierden.  Personas que no juegan con juguetes pero que no les importa jugar con los sentimientos de otras personas. Con ello no digo que mis ex fuesen así, pero sí que tenían gran parte de niños pequeños, no se comprometían, no eran capaces de guardar el “pajarito en la jaula”, no me contaban sus secretos, sus problemas, etc., hasta que una se cansa y les dice “adiós gorrión”. Luego, claro está, se arrepienten y esos cerdos vienen como perritos, ojos de inocente y el rabo entre las piernas, entonces es cuando viene tu venganza y te conviertes para ellos en “zorra”, lo que en realidad no saben es que nos convertimos en hienas, nos reímos y disfrutamos viendo en la carroña en la que se ha convertido.
 ¿Cuántas veces habéis deseado que ellos estuviesen a la misma altura que vosotras? ¿No sería todo mucho más sencillo si no existiese “esa sartén” y los dos sujetasen el mango? Preguntas, preguntas y más preguntas. Una vez leí en otro blog una frase que me hizo reflexionar “Quien se acuesta con niños se levanta meado” y cuánta razón tiene…pero… ¿No es cierto que nos gusta “levantarnos meadas”? No en un sentido literal, no me seáis cochinas, sino en el sentido metafórico de la frase. Sacamos el alma “maternal” que llevamos dentro, no elegimos a chicos maduros que quieran lo mismo que tú, sino a bebés que necesitan de “teta” durante un tiempo hasta que se empachan. ¿Quién es entonces la loca, la inmadura, la que nunca aprende? Exacto, somos nosotras… somos masoquistas, nos gusta morder esa manzana verde, sentirnos la princesita desvalida, lo necesitamos, queremos beber de esa agua prohibida e intentar convertir al niño en hombre…lo que no nos damos cuenta nunca (a pesar de todo lo que suframos) es que esos hombres con alma de niños son como son y nosotras no debemos cambiarlos, si no nos gustan “adiós y muy buenas”, ¿Para qué sufrir?, esa es la gran pregunta…

Masoquistas mías (yo incluida, lo reconozco) somos mujeres liberales, de gran corazón (habrá alguna puñetera) basta de intentar cambiar esa manzana verde por una bien jugosa, de sufrir en el intento, de convertirnos en las madres. Es hora de ser la mujer libre que somos, que dependamos de nosotras mismas y que sepamos elegir a ese hombre o a ese niño (ahí está el gusto de cada una) que nos hará feliz.


 

 
Con esto no te digo ná y te lo digo tó © 2012 | Designed by Rumah Dijual, in collaboration with Buy Dofollow Links! =) , Lastminutes and Ambien Side Effects