¿Quién no ha deshojado una flor deseando que te tocase el “me quiere”,
abierto una galletita de la fortuna o simplemente comprobar si vuestros signos
del zodiaco son compatibles? Cosas de adolescentes, pensaréis, pero dentro de
cada uno de nosotros aún existe esas preguntas cuando piensas en la persona que
nos gusta “¿Durará?¿Me querrá?...” Siempre nos atacan esas dudas cuando vemos a
la otra persona distante, cuando sentimos que está diferente y eso hace que le
demos vueltas y vueltas a la cabeza, preocupandonos por un problema que a lo
mejor ni existe y cuando llega el momento tope que podemos soportar “ZAS” se lo
soltamos todo y la otra persona se queda “pillada” porque no tenía ni idea de
todo lo que nos montamos. Y es que nuestra imaginación nos juega malas pasadas,
pero si eso es así será por algo, algo extraño hay, algo que ya no es lo mismo
que al principio, es lo que tiene estar enamorado y sentir que la otra persona
no está en la misma onda.
Miro a mi alrededor las parejas que se forman y veo lo dificil que puede
llegar a ser salir con personas que son diferentes a ti, pero que poco a poco
se van convirtiendo en parte de tu vida hasta que de un día para otro todo se
acaba, pero…¿Qué le pasa a la gente en esto del “amor”? Una vez leí una frase
que me hizo pensar “Amar es darle el poder a otra persona para que te destrulla
y confiar en que no lo hará” en eso se ha convertido el amor… en un “poder”.
Las relaciones deberían ser pasionales, comprensibles y no un “siembra
una mala semilla y recoge un buen fruto”, son como echar un pulsito y si tienes
suerte tú eres la que está menos colada por la otra persona, ¿tan malo es
quererse sin hacerse putadas? Si tu pareja mete la pata y haces que te enfades
los demás te dicen “No, no lo llames, que vea él que no te tiene loquita por
sus huesos, verás como así viene hacia ti” pero amigas… es que si le quiero
llamar es porque “estoy loquita por sus huesos” lo malo de ello es que en el
otro lado de la situación los amigos de él dicen exactamente lo mismo y eso
hace que la pareja se acabe porque ninguno de los dos quiere ceder… ¡vaya
chorrada!
Desgraciadamente eso del “amor verdadero y eterno” de las peliculas no
existe, si en la vida real existiese Bella y Edward, este a los dos días se
hubiese acostado con ella y la hubiese dejado y a ella le daría igual porque se
habría liado con Jacob, he ahí porque nos gustan tanto el amor de las
películas, simplemente porque es pura ficción.
Aún así hay veces que sentimos grandes cosas por otra persona y saber que
ella no sienta lo mismo nos hace sufrir y lo peor de todo es cuando juegan con
tus sentimientos, es lo que se le llama “dar una de cal y otra de arena” mi
pregunta es…¿Cuál es la buena, la cal o la arena? Esto me hace pensar que lo
que verdaderamente sirve es la proporción cabrona/ligona, es decir, cuanto más
hija de puta seas más loquitos los tendrás y viceversa también funciona, hoy en
día no hay espacio para la gente buena y esto es… patético.
A lo largo de nuestra vida vamos conociendo a personas que aceptamos o
descartamos según nos van desilusionando, esto en parte es bueno, porque en
esta vida hay que abanzar pero si pretendemos encontrar a nuestra media naraja
es mejor que no pongamos el listón tan alto y nos conformemos con un limón.
Chicos que parecen príncipes y que cuando los besas se convierten en
sapos… este sería el cuento actualizado ya que como dice la fracesita “la
confianza da asco”… cuanta razón tiene. El chico que en un principio te trataba
como una reina, se preocupaba por ti y te mimaba se vuelve un troll siendo
bordes, diciendote guarradas y hasta tirándose peos…. Totalmente asqueroso, aún
así nos reimos, les seguimos el rollo y decimos “ains que monos…”
Mi consejo es “Carpe diem”, vive el momento, se feliz sin preocupaciones
que todo lo que llega acaba, pero no es lo unico, la vida siempre te ofrece
grandes oportunidades y en ti está aceptarlas, eso hará que te mires al espejo
y digas “Aunque no soy una cabrona aquí estoy, dispuesta a comerme el mundo y
si me acompañan perfecto, si no pos que se jodan”.