Llantos y mas llantos, eso es lo que caracterizan a las
chicas cuando su novio corta con ella o cuando algún chico no le corresponde.
Lloramos y nos preguntamos ¿Por qué
nosotras? ¿Qué hemos hecho mal? Pasamos por la típica bajona y nos encerramos
en nosotras mismas, jurando y perjurando que ya no volveremos a amar a nadie
para que no nos vuelvan a hacer daño. Pero esa es la vida, un conjunto de
espirales que dañan mas que fumar tabaco.
Con el paso del tiempo, conocemos a más personas y vamos
volviendo a confiar, nos olvidamos de la gente que nos hacen daño, hasta que un
día se vuelve a ser felíz, mirándo una fotografía de la persona a la que amaste
y pensando “Nada, ya no siento nada hacia él”.
Lo que no tenemos en cuenta, en ese mismo momento, es que
las relaciones están basadas en el llamado “efecto bumerán”, es decir, que todo
lo que se va, al cabo del tiempo vuelve (esto es como la moda, cuando se
termina de innovar, vuelve atrás en el tiempo y se recupera lo antiguo) y el chico
al que tanto amaste, te implora volver.
Los chicos, normalmente son así, o al menos los que yo he
conocido, se cansan de las relaciones muy rápido, incluso antes de que se
empiece, te dejan por otra cosa mejor y pasa por una época deshinibida,
regodeándose de sus meritos varoniles y bebiendo alcohol y saliendo con sus
amigos, hasta que un día mira hacia atrás y piensa “Necesito sexo y no tengo a
nadie, ¿Qué puedo hacer?”. Es en ese mismo momento cuando recurren a su “lista
negra”, negra, negra,pero negra podría, donde tienen su arsenal de chicas que
en su día le gustaron, hacen una selección de macizas y “Ring ring” a llamar.
Esta parte siempre me ha recordado a la canción de Pimpinela
que todos conocemos “Olvidame y pega la vuelta” ya que la conversación es la
siguiente:
(ÉL)-Soy yo, ¿No te acuerdas de mi?
(ELLA)-¿Qué es lo que quieres?
(ÉL)-A ti, que me he dado cuenta de que no puedo vivir sin
ti
(ELLA)-Ya es tarde
(ÉL)-¿Por qué?
(ELLA)- Porque ahora soy yo la que quiero estar sin ti
(ÉL)-Mmmm y un pinchito?
(ELLA)- Anda, ólvidame
Por último, en un acto desesperado, los chicos te imploran,
se arrastran, se humillan para tener sexo contigo, es cuando llega la hora de
tu venganza, de tu regodeo, puedes hacer dos cosas: 1. Mandarle a la mierda,
directamente o mi favorita…2. Dejar que se humille y cuando se estén cansando
de hacerlo, darle un rallito de esperanza y volver a ver como se arrastran, es
como tener…Vendetta gratis, (como dice una compañera mía).
Y es que con esa opción, cuando estéis “cachondas” podréis
presumir también de “lista negra” pero esta vez no negra podrida, sino negra
carbón (del desgaste de los chicos al arrodillarse ante ti, arrastrandose y
mendigando un poco de sexo salvaje).
Te sientes bien contigo misma, el autoestima que antes no
tenías aparece por arte de magia, no hay nada mejor que sentirte deseada por un
chico con el que en su día lloraste y ahora eres tú la que “sujetas la sartén
por el mango”.
Comienza el Apocalipsis “ex -” entras en un bucle lujurioso,
donde tú eres la protagonista y él un simple bache que esquivas o mejor dicho,
atropellas.
VENDETTA GRATIS ;)
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