“Ay!! Que monada de pijamita, por favor…” eso es lo primero
que piensa una madre para sus hijas adolescentes o adultas cuando ven un pijama
de disney “Me lo llevo, seguro que le encantará”. Y es que ellas no tienen el
complejo ni de “electra” ni de “edipo” sino el complejo de “mi niña se hace
mayor así que si les compro pijama de cría sera siendo mi pequeñina”, es un
complejo de nombre muy largo, pero es 100% cierto. No se dan cuenta de que las
chicas crecemos y que esos pijamas de Mini, Pluto, Dumbo y Hello Kity son
bonitos, si! Pero no para enseñarselo al mundo.
Para ellas y la familia no hay un regalo mejor, ¿Pero que perra le han dado
en comprar esos pijamas? ¿No se dan cuenta de que a veces necesitamos pijamas
mas “normalitos”? y con normalitos me refiero de sexy para arriba. Año tras año
se acumulan pijamas de disney en el armario (y son buenos, no tienen ni una
pelotilla) hasta llegar un punto que miras el armario, y el armario te mira a
ti, con ojos tristes y apagados suplicandote que renueves los modelitos… es
cuando te das cuenta que tienes un armario disney.
Los pijamitas bonitos y “cuquis” es perfecto para andar por
casa, pero… en el caso de irte a dormir fuera con amigos o con pareja da
vergüenza ajena, porque da la casualidad que tu eres la unica que tiene un
pijama para “bebes” y se te quedan mirando como diciendo “Ains mirala! Pero que
mona… solo le faltan las dos coletitas y parecerá lo que es, una niña chica” y
la única excusa que se te ocurre decir es… “Es que tengo un armario disney”
(guiñando un ojo, porque a pesar de la vergüenza intentas mostrar dignidad).
Es cuando al día siguiente te vas corriendo al “oysho” para
comprarte un pijama decente… y ves el pijama perfecto, al lado del de mini, te
lo pruebas y lo compras, vas super feliz de la vida porque te sientes adulta y
ese pijama será tu aliado. Nadie volverá a mirarte raro, es un pijama bonito,
cómodo y especial ya que lo has elegido tú, no tu madre, y te sientes como si
vivieras dentro de la serie de “Sex and City”.
Pasan los años y vas sustituyendo las cosas de tu armario
pos pijamas de tu gusto, marrón, rojo, azul, rosa, todos los colores
imaginables, hasta que te das cuenta de una cosa… de que te haces cada vez mas
mayor y vuelves a mirar en el altillo donde guardabas las cosas antiguas y ves
ese pijama de Mini que te recordaba a tiempos más jóvenes, y entonces vas al “oysho” y en vez de comprar el pijama
perfecto que esta al lado de uno disney te compras el de disney.
Llega la noche y te lo pones pensando “Como un armario
disney ninguno…. Esto le quedaría divino a mi hija adolescente” convirtiendolo
en un bucle infinito.